Publicidad para tontos

Aquel anuncio me había impactado tanto que, cuando un amigo me envió un enlace de vídeo, lo conecté automáticamente con otro.

Antes de nada, os pongo el primero, para los que no lo conozcáis. Lunes, 15 de octubre (¿Buen domingo?):

No es un comercial nipón, sino tailandés, pero para el caso, es más o menos lo mismo. Las mujeres de este país, como las japonesas, son famosas por la longitud de la circunferencia de sus caderas, la rotundidad de su vientre y las montañas que describen sus pechos. Como las que se cubren de nieve en primavera y cerezos en flor en invierno (o al revés?) hacia el sol naciente. Y las conocidísimas que Dolce&Gabbana inmortalizó para su aroma Light Blue.

Más agradable y glamouroso que Bridget Jones en Phuket.

  

En 2006 ya se "ad-vertía" del riesgo de contener la respiración. Relájate, mujer!

Por eso se apuntan al low fat tuna. Que así suena mejor. Si escribo directamente "atún bajo en grasa", me da vergüenza. Será el fin del o-toro, la parte más codiciada y precisamente la zona más "gordita" del animal, que se degusta con especial gusto en sashimi o sushi.

Es publicidad bocabajo. El término lo acuña aquí una servidora, después de ver que Ligeresa da la vuelta a lo que ya es un sinsentido, a su envase, y a los consumidores. Que cuando están bocabajo, con la sangre inundando a torrentes su cerebro están más preocupados de sentir - que aun tienen piernas, por ejemplo - y de respirar . Si ya lo decían en Tailandia; relaja tu diafragma y respira: la felicidad, salud, belleza... la vida!

Desde 2007 hasta hoy, producto mejorado aunque todavía "bocarriba", Ligeresa Sensación.

La Sensación de saborear mayonesa con sólo un 3% de aporte de grasa no se experimenta más que en tarro de cristal porque ya les da hasta reparo pronunciar bocabajo. ¿No? No.

Para crear una categoría de publicidad que percibo no como novedosa, pero que sí supera en desfachatez a las anteriores estratagemas para productos light, no se pueden tener escrúpulos. 

No intentes llevar la barriga a tu espalda, no es ni sexy ni es la estrategia eficaz. Dale la vuelta a tu esfuerzo comiendo el atún sin la grasa. O, hace seis años, con menos grasa. Hoy Calvo ya ha logrado el 0%. Así ya no hay barriga y no hay movimientos cansados e inútiles.

No te preocupes de lo que diga tu novio, ponte estupenda y ríete de los complejos en una terraza chic con tu amiga leyendo un par de revistas, querida. (El vocablo señorita, anticuado, completamente off, es también sexista según la RAE, me lo contó Eva Hache. Ya que a cualquier hombre casadero al que tratasen de señorito se lo consideraría ridículo).

Mejooor, toma Ligeresa, que es sensacional en su propósito de que engañes a la lengua y a la cabeza con falsa mayonesa: así no te tienes que preocupar por pesar 5 kilos de más, por pensar en calorías, por no gustarle a Pablo y ya puedes reírte colgada en un balcón. O en tus fotos del facebook. 

Espléndido. Barato. Menos de 2 euros. Dietista, 30 mínimo y dos meses de espera agotadora.

Bocabajo me tienen, pero que la tierra me tragaría. Ella a mi, del hambre que tiene. Yo a ella, de la ansiedad que me produce esta felicidad superlativa. El bote, pese a ser de cristal, lo coloco al revés para que la salsa caiga más rápido y pueda ir a perfeccionar mi persona con mayor frecuencia y productividad al supermercado.

Y esta publicidad milagrosa, que lo soluciona todo, para listos y listas, es tachada de sexista... No, señoras. Cualquier señorito puede catar la panacea si quiere. Muchos ya quieren.