sábado, 13 de octubre de 2012

El estilo es... HUELLA

Estela. Rastro que deja un objeto en movimiento.

Leí por la mañana el nuevo número de Mujer Hoy y por la tarde fui al MARCO - museo de arte contemporáneo de Vigo -. Por primera vez, el AMAL, Festival de Cine Euroárabe que nació en Santiago y va por su séptima edición, extiende sus brazos a las principales ciudades gallegas. Lejos quedan las tardes en que vivía en Santiago y el Teatro Principal era un más que interesante refugio frente a la lluvia. Lo echaba de menos!
De ello nace la entrada del 12 de octubre.

Este año, Santiago comparte las proyecciones con otras ciudades gallegas. AMAL itinerante.

Estilo, en su forma genérica, es una etiqueta que colgamos a una cosa para enmarcarla en una categoría que nos ayude a saber qué narices es o a qué se parece. Una pista.
Al final se multiplican, y su utilidad deja de tener el valor que pretendíamos: la ESENCIA pertenece a tantas categorías que es imposible e injustamente incompleto intentar definirlo en base a etiquetas. Es lo que somos, en cada momento, nos retrata y diferencia.

Folk, pop, rock, pop-rock, jazz, indie (sobre todo, eso qué es? Si cada vez los 40 principales o SONY pinchan y cortan menos. Meenos). Ya ni se sabe a qué adscribir un sonido.
Eso es lo que le ocurre a Rabih Abou-Khalil, que de beber de la música tradicional árabe en su Líbano natal, tocar el oud - una variante cercana al laúd -  jazz o flauta clásica en Munich, donde se exilió a raíz de la guerra, ni él sabe ni quiere definir lo que toca. Hay quien dice que es un puente entre Oriente y Occidente. Bridging the gap, rodada en 2006, narra sus visitas a Beirut - ciudad donde conserva amigos armenios, árabes, sirios. Libaneses transversales - Damasco - donde compra telas para sus camisas y chalecos de seca brocada - y Londres. En esta última queda patente cómo aúna el espíritu y técnica de la música oriental y un modo de concebir sus obras que también es occidental. Ese año grabó una pieza compuesta por él junto a la orquesta de la BBC. Locos, locos se volvían para seguir, en este caso, no las armonías que se estilan en la Vieja Europa, sino las sinuosas melodías del virtuoso, que dibujan lacerías y curvas jazzísticas. Crean algo muy expresivo, con momentos de clímax y riffs que sobrecogen.


Abou-Khalil en 2009 con Yo-Yo Ma

Es inevitable. "Intento escribir algo y que no suene árabe, pero no me sale, siempre está ahí. La gente lo identifica enseguida". Será porque es estilo es algo que parte de la voluntad de expresarse, de exponer algo único o emocionante, pero que al final se nos escapa. Aunque Rabih sea un vanguardista, cada mensaje siempre recorre nuestras venas y saca lo que somos. Ahí están los sabores de la cocina libanesa, notas en su cabeza. Las bombas que iluminaban la zona oscura de Beirut. O los sonidos de Bela Bartok.
Digamos que no aúna, sino que es todas esas cosas. Dedos como haces de luz que eligieron no apretar gatillos nunca frente a sus amigos, sino tocar sinfonías que disparan éxtasis en tí, en mi, y en todo bicho viviente. El oud de Abou-Khalil es una caja de resonancia que contiene todo el aire que ha respirado, y lo expulsa al mundo a través de su celosía. Me llega a mi y a ti porque es universal.

¿Que cuál era la frase de la revista? La de Sophie Albou, francesa, creadora de la firma Paul&Joe:

"El estilo es eso que se adquiere con los años y debe inscribirse en el tiempo"

La huella que dejamos hoy. (Y la de mañana) 

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