Lo prometido es deuda

Permitidme un pequeño espacio no sólo a mí, que mi ego también reclama. A estas horas se duermen las defensas y despiertan las vanidades!
Y la cabezonería de luchar con bluetooths y usb para descargar mis imágenes ahora que mi vieja Olimpus, pionera de los 3,2 mp, no funciona. Sí, lo sé; por eso no guardo reproducciones propias de los viajes, porque mi fotógrafa personal L. se encarga y yo prefiero quedarme con las de mis retinas.

Reina a ratos de la aguja, los retales y el pegamento.

Billetera de cuero y tela. Feitiña na casa.

Por dentro. No hay dinero, sólo flores, no me pidas. Dos gardenias para ti.

Broche, a secas. Con perlas y estrellas, chapa-chic.

Todo el mundo debería probar alguna vez a no tener nada, pensar en algo y BUM!, que aparezca como por arte de magia y cual conejo de una chistera. Es mentira, porque detrás están los pulgares pinchados hasta que hacen callo o recuperas el dedal, por ejemplo.
Pero aseguro que se siente, además de las punzadas, una autorrealización personal superlativa. Debe de conectar con nuestro núcleo cerebral antiguo de homo habilis además de sapiens sapiens. Sabes que puedes hacerlo? Cómo, y qué? No lo sé, en tu caso, pero algo saldrá.
En una época de sandwiches plastificados, manzanas de porcelana brillante y PCPs. Personas Consumidoras-Pato.

Foto de EVA MATUTE, completamente descontextualizada, que conste. Polivalente,, la dejaremos en el portapapeles.