jueves, 24 de enero de 2013

Crónica de las altas cimas: los malos frutos

Hubo más joyas remarcables. Y también desaciertos, desconciertos y horrores. En especial los de todas las copias de Donatella que salieron a escena en Versace. Alta costura? Me hacen dudar de la excelencia en la selección de esa supuesta élite de la costura mundial.





Crónica de las altas cimas: fuerza y color

No se le suele nombrar entre los principales, pero a mi me gustaron muchas de las propuestas de Georges Chakra, coherentes, de colores llenos de energía, sencillos pero espectaculares y carentes de la dulzura aniñada de otros. Potente, primavera en estado puro.






Crónica de las altas cimas: Elegancia

En un lugar intermedio entre el juego de telas, cortes y la funcionalidad - una colección que se venda y se pueda llevar, sin demasiadas estridencias -, se encuentran Giambattista Valli y Elie Saab. Comparten un cuidado y saber hacer exquisitos, algo imprescindible para acceder a la Haute Couture. Y un buen gusto aplastante. Vestidos armónicos y sobrios aun con su minuciosidad y preciosismo. Perfectos. Valli, más sensual y variado que el libanés Saab, quien no se arriesga a cambiar la receta. Es el que más factura en Alta Costura con respecto a su ropa de calle. Viste a reinas en la vida real y a las de la pantalla. Muchos de los vestidos que vimos ayer los volveremos a ver dentro de unas semanas en alfombras rojas y otras apariciones de etiqueta, por todo el mundo. Las clientas en Oriente quieren Elie Saab. En Occidente también. Y yo querría!

Valli:







Saab:









Crónica de las altas cimas: Fusión y transgresión

Al Este, desde puntos de vista opuestos, dirigen sus miradas Gaultier y Armani
Con su línea Privé, el italiano recurre de nuevo a la mujer elegante y sofisticada, con un gusto especial por estampados, colores y pequeños excesos que no siempre comparto estéticamente, a la que no se puede negar unos trajes intachables. La sorpresa no la ponen tanto las líneas o los tejidos de factura italiana, con las que consigue caídas increíbles. Pero sí sus motivos, relativos a Oriente Próximo y Medio y que incorporan, incluso, cuentas y estampados étnicos.





Gaultier gira alrededor de sus insignias, como las rayas de marinero, el traje masculino, las hombreras y la camisa vs lencería femenina, el juego de la ambigüedad en la provocación sexual. El rock punk y el glam. Leitmotivs transformistas y viajeros, se trasladan a la India: se fusionan así con grandísimos collares, pendiente y pulseras, largos vestidos y telas multicolor que, pese a que reconozco la audacia constante del diseñador, a veces se instalan en un exceso hortera. Pero para eso está la moda, para los audaces y que no temen ser horteras, si se tercia. Ahora, una hortera preciosista, que en algunos momentos me recordó a un traje andaluz un poco "choni", con permiso del creador. Al menos, siempre es él, y no un producto facturado y empaquetado en serie; es Jean-Paul..!